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EXPOSICIÓN DIGITAL INFANTIL: LA PARADOJA DE PROTEGER A NUESTROS HIJOS DEL MUNDO REAL Y EXPONERLOS AL MUNDO DIGITAL.

I. Protección extrema en el mundo real, descuido absoluto en el digital

Vivimos en una era donde el peligro se ha sofisticado. Ya no se oculta en callejones oscuros ni se disfraza en parques infantiles. Hoy, el peligro está en nuestras propias manos, en la pantalla de nuestro celular, en esa foto que compartimos con orgullo. Lo irónico es que, mientras padres de todo el mundo enseñan a sus hijos a no hablar con extraños, a no aceptar dulces de desconocidos, a no divulgar su información personal, son los mismos padres quienes exponen en redes sociales cada detalle de la vida de sus hijos. Lo hacen con amor, sin malicia, pero con absoluta inconsciencia.


Instalan GPS en sus mochilas, evitan que sus hijos crucen la calle sin supervisión, los vigilan con cámaras en sus habitaciones, pero al mismo tiempo publican en redes sociales la ubicación de su colegio, sus horarios de salida y hasta el itinerario de sus vacaciones. Es una contradicción brutal: protección extrema en el mundo físico, descuido absoluto en el digital.


El internet no olvida. No perdona. Todo lo que se sube, queda registrado para siempre. Y cuando un padre o madre expone a su hijo en redes sociales sin medir las consecuencias, lo que realmente está haciendo es cediendo, sin quererlo, el control de su identidad digital a extraños.


Si protegemos a nuestros hijos con tanta obsesión en la vida real, ¿por qué somos tan descuidados con los peligros invisibles del mundo digital?

II. El sharenting y la normalización del riesgo

El término sharenting se acuñó para describir una realidad incómoda: padres que publican sin control la vida de sus hijos en redes sociales. Parece inofensivo, pero los datos cuentan otra historia.


El 70% de los padres en Chile suben fotos de sus hijos a redes sin ninguna restricción de privacidad. El 75% de los niños pueden ser identificados por ubicación, edad y hábitos solo con la información compartida por sus padres. Más del 66% de los casos de robo de identidad en 2030 estarán relacionados con el sharenting .


Los riesgos son alarmantes:

• Grooming: Los depredadores en línea buscan menores a través de fotos y publicaciones.

• Deepfakes: Imágenes de niños pueden ser manipuladas con IA para crear contenido falso e ilícito.

• Extorsión y suplantación de identidad: Las imágenes compartidas pueden ser usadas para fraudes o chantajes.


Y el problema es más profundo. El niño no tiene voz ni voto en esta exposición. No ha consentido que su imagen sea publicada. No ha elegido construir una identidad digital antes de saber siquiera qué significa la privacidad.


¿No es contradictorio que el derecho proteja la privacidad de los adultos con leyes de datos personales, pero no haga nada para evitar que los niños sean expuestos sin su consentimiento?

III. La extorsión digital: cuando una simple foto se convierte en una amenaza

Años atrás, secuestrar a alguien requería seguimiento físico, llamadas anónimas, cartas amenazantes. Hoy, en la era digital, basta con un perfil de Instagram mal configurado.


El 40% de los casos de extorsión digital en Chile han involucrado a familias de funcionarios públicos . La PDI ha documentado múltiples casos donde delincuentes usan información obtenida de redes sociales para extorsionar a jueces, fiscales y políticos.


¿Qué tan fácil es para un grupo criminal analizar redes sociales y descubrir:

• ¿Dónde estudian los hijos de un juez que lleva casos de narcotráfico?

• ¿Qué hábitos tiene la familia de un alto funcionario de seguridad?

• ¿Qué lugares frecuenta la familia de un fiscal que investiga crimen organizado?


Los riesgos son evidentes. Pero lo más grave es que los mismos funcionarios, en muchas ocasiones, son los que exponen a sus hijos sin dimensionar las consecuencias.


¿Acaso la seguridad nacional también debe estar en manos de algoritmos y redes sociales?

IV. Las publicaciones “inofensivas” que pueden costar demasiado

Lo que hoy parece una imagen tierna, mañana puede ser una herramienta para la humillación, el fraude o la manipulación. Lo que hoy se ve como un acto de amor, mañana puede ser usado como arma.


Ejemplo:

• Padres que suben fotos del primer día de clases de sus hijos con uniforme y mochilas personalizadas.

• La imagen muestra el nombre del niño, el colegio y su curso.

• Un secuestrador solo necesita 30 segundos en redes para identificar el contexto, simular ser un conocido y engañar al menor.


Los riesgos no son hipotéticos. Son reales. Y el problema es que los niños no pueden defenderse de ellos.


¿Qué va a pasar cuando estos niños crezcan y descubran que su identidad digital fue moldeada sin su permiso?

¿Quién responderá cuando sus fotos sean usadas en fraudes, deepfakes o delitos de los que no pueden escapar?


Las estadísticas dejan de ser lejanas cuando uno se ve dentro de ellas.

V. Conclusión: La urgencia de regular la identidad digital infantil

Francia ya ha avanzado en la regulación de la identidad digital de los menores con leyes específicas. En EE.UU., la Ley de Protección de la Privacidad en Línea para Niños (COPPA, por sus siglas en inglés) protege a los niños de la recolección de datos sin consentimiento . Chile, en cambio, sigue sin una legislación específica que resguarde a los menores en la era digital.


¿Cuántas extorsiones más deben ocurrir para que los funcionarios entiendan que la seguridad de sus familias no es un juego?

¿Cuántos niños más deben ser víctimas de acoso, robo de identidad o manipulación antes de que los padres comprendan que su imagen no les pertenece?

¿Cuánto tiempo más seguiremos creyendo que el mundo digital no tiene consecuencias en la vida real?


La protección de la identidad digital infantil no puede depender de la voluntad de los padres. Debe ser un derecho. Debe ser inalienable. Debe estar protegido por la ley.


Porque si protegemos a nuestros hijos en la vida real, ¿qué nos impide hacerlo en el mundo digital?

Reflexión final

Las redes sociales no son un álbum familiar. La imagen de un niño no es un accesorio de la vida de sus padres. Y el derecho debe evolucionar para proteger lo que el amor, muchas veces, expone sin querer.


Chile necesita avanzar en la regulación de la identidad digital infantil. No podemos esperar a que el daño sea irreversible.


Porque en la era de la información, la ignorancia es el peor enemigo de la seguridad.

La Autonomía Digital Infantil: ¿Desde Cuándo los Padres se Convirtieron en Dueños de la Imagen de sus Hijos?